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En Pasión Andina, no solo creamos itinerarios; construimos puentes entre culturas y corazones. Nuestra visión del turismo se basa en una filosofía simple pero profunda: viajar con propósito, respetando y valorando la tierra que pisamos y a las personas que la habitan. Creemos que un viaje extraordinario es aquel que enriquece tanto al viajero como a la comunidad local.
Somos especialistas en el “turismo lento” porque creemos que la auténtica riqueza de un viaje se encuentra en las conexiones humanas. Nos enorgullece trabajar de la mano con las comunidades locales, asegurando que el beneficio de cada viaje llegue directamente a sus manos.
Un ejemplo de nuestro compromiso es la comunidad de Ananiso y el majestuoso Cañón de Ananiso. Al integrar esta comunidad en nuestros circuitos, no solo te invitamos a descubrir un lugar fuera de las rutas convencionales, sino que también fomentamos un turismo más convivial. Cada visita apoya directamente a las familias de la zona, permitiéndoles compartir su cultura y prosperar con su trabajo.
Trabajamos sin intermediarios y con una red de colaboradores locales. Esto nos permite garantizar una retribución justa y por encima de la media para nuestros guías, transportistas y anfitriones, reconociendo su invaluable labor y su profundo conocimiento del territorio.
Inspirados por el respeto a la Pachamama (Madre Tierra), nos aseguramos de que nuestros viajes tengan el menor impacto ambiental posible. Un porcentaje de tu circuito se destina a proyectos de protección ambiental que buscan preservar la belleza natural de los Andes para las futuras generaciones.
Para que puedas disfrutar de tu aventura con total confianza, somos miembros del colectivo de agencias locales Nomadays. Esta alianza única combina lo mejor de ambos mundos:
El conocimiento profundo de nuestro equipo en el terreno.
Un sistema de reservación y pago directo con nosotros, con la tranquilidad de estar respaldado por una red global de agencias comprometidas con la calidad y la seguridad del viajero.